Soy Solarte. Soy Caicedo. A mucho honor.

Hace poco, por algunas cosas de la vida, me puse a pensar en qué significa ser Solarte y ser Caicedo. Hay personas, o teorías, o creencias, que parten de la base de que nosotros no somos más que la recolección de lo que han sido nuestros antepasados, que cargamos los demonios de ellos, las cualidades, el carácter. Que estamos en este mundo para, de cierta medida, remediar o revivir lo que ellos hicieron, honrar su memoria y hacerlo bien. Soy Solarte. Soy Caicedo. De los primeros, vengo de una mezcla entre un médico tremendamente conservador, de un pequeño pueblo de Nariño a donde mis pulmones no me permitirían llegar por la altura. Frío como el solo, rodeado de montañas que como en los mejores cuadros parecen cubiertos por cobijas de parches, con cuadrados de distintas tonalidades de verde. Tierra de música andina, de charangos, de cuyes asados y maíz con queso. Mi abuela, bacterióloga liberal, rola, amante de los boleros y de las poesías de Aurelio Arturo. Viene de una c...