domingo, 7 de mayo de 2017

Aguanta.

Si estás acá leyendo esto, y estás sufriendo por alguna cosa, ves el panorama negro, sientes que no hay salida, y no sabes cómo llegaste a esto, lo siguiente es para ti:

Aguanta, porque lo que estás sintiendo es totalmente válido, y no es tu culpa.
Aguanta, porque sé que estás cansado.
Aguanta, porque sé que sientes que eres una carga, pero no es así.
Aguanta, porque es normal que sientas que no sabes en que momento la vida se te salió de control.
Aguanta, porque la vida nunca sale como la planeamos y eso duele.
Aguanta, así te hayan decepcionado y roto el corazón.
Aguanta, así solo puedas dormir ahora. Hazlo, descansa, dale a tu cuerpo lo que te pide. Poco a poco volverás a estar despierto, no hay afán
Aguanta, y tómate el tiempo necesario para estar en paz. Días, meses, años. Todo lo vale.
Aguanta, así sientas que vivas la vida a medias. Al menos la vives.
Aguanta, así se te hayan caído los héroes que tenías en un pedestal.
Aguanta, así estés viviendo algo que te niegas a aceptar que te está comiendo vivo, y en el fondo de tu cabeza lo sabes.
Aguanta, porque no todo lo bueno dura para siempre.
Aguanta, porque no todo lo malo dura para siempre.
Aguanta, así te mires al espejo y no te reconozcas, así mires tus fotos viejas y no sepas quién es esa persona sonriente y con vida en los ojos. Eventualmente, te mirarás al espejo y sabrás que eres tu, a pesar de que te duela lo que ves y como has cambiado.
Aguanta, así la comida no te sepa a nada. Eventualmente te sabrá, en mi caso tomó 3 semanas y recobré el gusto gracias a un pancake con manzana, nunca se sabe con que pasará así que sigue comiendo.
Aguanta, a pesar de que te cambien el medicamento, o te empiecen a dar más. No rechazarías una quimioterapia si tuvieses cáncer. No rechazarías una pierna prostética si la necesitases. Acepta esas ayudas. No te desgastes pensando en si eso es un fracaso, si cambiará quien eres, si te está enfermando más. Acepta la ayuda. Cuando estés estable, ahí si filosofa lo que quieras.
Aguanta, a pesar de que te toque ver a tu psicólogo y psiquiatra todos los días de la semana y te canses de ellos. Es normal. Ellos conocen lo más oscuro de ti, y aún así creen que tu vida vale la pena ser viva... Eso tiene que significar algo ¿O no?
Aguanta, por tus viejos. Tus abuelos han vivido más de 80 años, han pasado todo tipo de pérdidas, enfermedades, tragedias y aún siguen aquí. No les des la inexplicabilidad que generaría enterrarte.
Aguanta, por tus padres. Te dieron la vida, y por simple gratitud vale vivirla. Sabrás que si te mueres, muere un pedazo de ellos contigo.
Aguanta, así la gente te decepcione. Te darás cuenta que no todo el mundo es empático, no todo el mundo te dará la mano, no todo el mundo oirá tu historia. Y está bien, no los odies por eso. Al final verás que los que valían, siempre estuvieron y estarán ahí.
Aguanta, así la gente te diga que tu enfermedad no existe porque no la ven. Tu la padeces, y eso es todo lo que importa para que sea real.
Aguanta, por más comentarios ignorantes que oigas del suicidio o de la salud mental. Aprovecha para educar.
Aguanta, sin importar si te sientes miserable porque te rompieron el corazón. Esa persona no vale tener el control sobre cómo termina tu historia, solo tú lo tienes.
Aguanta, así tu cuerpo se descontrole y florezcan miles de enfermedades porque tus emociones son incontenibles. Pasarán, y sino, te acostumbrarás.
Aguanta, porque dolerá más de lo que te imaginas rehacer tu vida, pero el proceso de hacerlo es infinitamente satisfactorio.
Aguanta, porque será más largo y tedioso de lo que te imaginas. Pero cuando pase el tiempo, verás que así como lo has sentido eterno, un año no lo es tanto. Es solo una fracción pequeña pero decisiva en tu vida.
Aguanta, porque sin importar cuantos días, no todas las horas en esos días ni todos los minutos en esas horas serán miserables como en un comienzo. Eventualmente se encenderá en ti una chispita, por milésimas de segundo, e irá creciendo. Luego la velita dentro de ti estará encendida por temporadas más largas, y así se apague a ratos o en días, o sea mucho más tenue que antes, lo importante es que hay luz donde pensaste que nunca más habría.
Aguanta, porque tu mereces contar tu historia, no ser un chisme de corredor o un epitafio.
Aguanta, porque todo este dolor que sientes sólo te hará más fuerte.
Aguanta, porque la gente que menos se imagina se muere por volver a verte sonreír.
Aguanta, porque tienes un futuro a la espera, y si tu no lo vives, se quedará sin ser vivido.
Aguanta, porque aportas a este mundo algo que nadie más lo hace.
Aguanta, porque una enfermedad no tiene derecho a determinar como debes vivir.
Aguanta, por todos aquellos que no tuvieron la posibilidad de un tratamiento y se quitaron la vida siendo incomprendidos y sintiéndose locos y excluidos.
Aguanta, porque tu familia no merece quedar incompleta.
Aguanta, porque la vida te sorprenderá con casualidades inesperadas que se convertirán en motivos para vivir.
Aguanta, porque el camino será difícil. Y cada vez que caigas, sentirás que estás de regreso al comienzo pero no es así, no dejes que tu mente te engañe. Has recorrido un gran trecho, solo que esto es una montaña rusa.
Aguanta, porque aunque esto se vaya un día o no lo haga, estás desarrollando miles de habilidades para conocerte, ayudarte, monitorearte, salvarte, que muchos no tienen los momentos para aprender.
Aguanta, porque es el momento más mierda de tu vida, pero el que más te va a enseñar y formar.
Aguanta, porque la cosa SÍ mejora.
Aguanta, porque cuando vuelvas a viejos sitios la gente se alegrará de que sigas en este mundo.
Aguanta, porque cuando menos pienses estarás socializando y conociendo gente nueva así sea difícil y lo sientas como imposible, así sudes tu alma, así te tiemblen las manos. Lo harás y se sentirá bien.
Aguanta, porque volverás a hacer algo intelectual. Y te darás cuenta que ninguna enfermedad, condición o rótulo te puede quitar las habilidades que tienes y siempre has tenido.
Aguanta, porque solo cayendo y tocando fondo puedes despegar derechito para arriba.
Aguanta, porque te darás cuenta de quienes están ahí para ti, y si sobrevivieron a esto contigo, lo más probable es que nunca te dejen.
Aguanta, porque en un año podrías ser tu el que escriba esto.
Aguanta, porque tu historia salvará así sea a uno o dos.
Aguanta, porque realmente así la vida parezca injusta, impredecible, caótica y cambiante, vale totalmente la pena.
Aguanta, porque aprenderás a disfrutar la montaña rusa y así vengan bajonazos y caigas, será más sencillo. Lo prometo.
Aguanta, porque serás más fuerte que nunca.
Aguanta, porque el camino es tan satisfactorio, que hasta estando en la mitad del mismo y teniendo muchísimo trecho por delante, soy capaz de escribir esto.
Aguanta, porque así como muchos creyeron en mi vida, yo creo en la tuya.
Aguanta, por favor aguanta.
Que el camino mejora, y mejorará si lo intentas,
Y si lo aguantas.

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