sábado, 14 de enero de 2017

Carta a la Mariana del 2002

Recientemente estuve en bastantes sitios que marcaron de alguna manera mi infancia, ya que estuve en Salamanca (lugar dónde viví cuando pequeña) y otras ciudades cercanas que, por lo que dije antes, frecuenté bastante cuando pequeña. Por esta misma razón, y retomando la sabiduría de mi psicóloga cuando trajo hace unos meses esta frase a colación, han sido unas semanas basadas en (como diría Mercedes Sosa) " Uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida". Ha sido la definición perfecta de estos días. Claro está, que la continuación de dicha frase también ha cobrado sentido "y entonces comprende como están de ausentes las cosas queridas". Pero esa parte, al ser más dolorosa y melancólica, la gente lo suele olvidar.
"Uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida y entonces comprende como están de ausentes las cosas queridas". Aplica para mucho. Para básicamente todo en mi vida en este momento, pero como este no es un blog enfocado en la separación de los padres, en las tusas o en temas de orientación profesional, me dedicaré en la medida de lo posible y en su mayoría a hablar de mi. Claro está, que todo se entrecruza entonces temas distintos a las condiciones mentales o físicas se abordan, pero no quiero enfocarme en eso. Que quede claro.
Fue maravilloso en tantísimas medidas y a un nivel tan personal que es difícil entrar en detalles, porque no encuentro palabras que abarquen la totalidad de eso. Pero fue tremendamente melancólico también. Y durante estos días, en los que he recorrido mis pasos, intentando reencontrarme con la Mariana de esa época (2002), pues me surgieron un montón de pensamientos que quiero poner a continuación: En una carta dedicada a la yo pequeña, a la Mariana del 2002. A pesar de que somos la misma (si y no, debatible según tu corriente filosófica) cuando hable en segunda persona me dirijo a la Mariana pequeña, en primera a la Mariana actual, y en plural pues a aquellas cosas transversales y atemporales que nos cobijan a ambas y a Mariana en su vida entera. Espero que tenga sentido y que se entienda. Y acá va.

Querida yo pequeña:
Te escribo esto porque si tu pudieras verme hoy, 15 años después tendrías muchas preguntas. Si bien todo el mundo cambia a medida que crece, yo he pasado por unas cosas que me han hecho volverme de un carácter muy distinto al que tienes tu a tus 8 años. Es difícil de entender, porque sinceramente ni yo te puedo explicar como llegamos acá. Como terminó todo así. A nivel familiar, personal... Simplemente puedo decirte que las cosas han resultado muy distintas a como tu las imaginas. 
Me acuerdo mucho, que a tu edad siempre decías que cuando tuvieras 22, 23, MÁXIMO 24, ya estarías casada y tal vez con un hijo. Déjame decirte que no podías estar más equivocada. Y yo, no podría estar más lejos (al menos en este momento a mis 22) de casarme y tener un hijo. Se que sueñas con el Príncipe azul y que piensas que el amor es perfecto, pero nos hemos dado cuenta (tal vez con estrellones feos) que requiere mucho cuidado, respeto, paciencia y responsabilidad. Que no es tan fácil como creíamos y que, si bien existe, hay que construirlo poco a poco. Yo se que a veces con esa cabecita ansiosa piensas que nunca tendrás novio, pero los he tenido y nos ha ido bien en general. He conocido gente a quienes he amado de verdad, que me han amado y que me han ayudado a crecer muchísimo. De las "tusas" o despechos ni te hablo, pero sólo te digo que sobrevivirás a todas, todas, que en su momento dejará de doler y que aprenderás con esto a ser paciente. A que no todos son el amor de tu vida y está bien que no sea así. No hay afán por encontrarlo, tranquila. Tienes mucho afán por crecer y una serie de preconceptos de como debería funcionar la vida en términos de tiempos y eso, pero te vengo a contar que no podrías estar más equivocada. Y que aferrarte a eso no te hará bien, pues la vida está llena de sorpresas que te sacan del plan original y debes reponerte y seguir. Y está bien.
Eres una niña tremendamente alegre, espontánea, libre. Eres feliz y me gusta recordarte así. Amas bailar y cantar (aunque tengas una voz de espanto), y tienes coraje para hacerlo en público. Te cuento que yo lo he perdido, me he vuelto más penosa, más reservada, más privada, con un poco menos de vida. Y no me gusta, pero es lo que hay ahora. Sigo siendo alegre, y ahora soy bastante irónica y sarcástica. Pero suelo hacer reír a la gente como tu lo haces desde siempre (claro, que el contenido de los chistes ha cambiado porque ya soy toda una adulta y tu una pequeña). Por cosas de la vida, no se si sea bueno o malo (porque ya cuando grande aprenderás que no todo es sólo bueno o malo, hay matices) tenemos una condición que hace que esté más triste y ansiosa que la mayoría de la gente. Más adelante te contaré mejor de eso. Pero está bien, estaremos bien.
 Sigo sonriendo todo el tiempo, como lo haces tu, sólo que ya tengo todos los dientes completos y se complementan muy bien con los cachetes que no cambian. Esto hace que alegremos a la gente, y que 15 años después me digan que tengo la misma cara de cuando tenía tu edad. La vida funciona de manera chistosa y tu, que cuando eras aún más pequeña te hacías la enferma para ir no ir al colegio, pues ahora tienes unas cuántas enfermedades que parece que nos van a acompañar mucho tiempo. No es nada grave, no nos pone en peligro, sólo hace que haya tenido que cambiar algunas cosas de mi vida diaria para rendir con la salud que tengo y ya está. El asma volvió, la dermatitis sigue, y ahora tenemos unas cosas en los músculos y las articulaciones que ni te digo el nombre porque es muy difícil. Eso hace que tenga que usar bastón a veces (acabo de comprar uno de flores divino que es más juvenil y no me da tanta vergüenza o pereza usar por los comentarios de la gente), que no pueda estar de pie mucho tiempo o que me duela subir y bajar escaleras, pero le saco humor al tema y ya está, eso lo hace más llevadero. Ah! Y tampoco puedo usar tacones. Lo siento, se que eres vanidosa y te imaginas como una adulta entaconada y elegante, pero pues como te dije antes, la vida nos cambia los planes. Y los tacones son muy incómodos igual así que es hasta bueno tener una excusa para no usarlos... Te acostumbrarás a ser pequeñita y medir 1,60 y te gustará, porque inspiras ternura y consigues novios más altos con mayor facilidad que te abrazarán mucho. Así que está bien.
Tengo que reconocerte, que a tus 8 años, tenías una gran habilidad para elegir amistades. Muchas de tus amigas de ese momento siguen siendo amigas mías hoy en día. Algunas han llegado luego, pero las que tu elegiste son como hermanas. Así que felicitaciones! 
Como lo supones desde tu edad, entrarás a estudiar psicología. Y te encantará. Sólo que debes recordar siempre que para ayudar y servir a los demás como puedes, debes estar lo mejor posible tu. Tu vas primero (eso ni yo lo he logrado entender pero te lo digo desde ya) y tienes que ser responsable con tu salud mental para poder hacer todo eso que sueñas con los demás que te necesitan. Y para que veas como es de bonita la vida, una de las mejores universidades en el campo que te gusta de psicología es la de Salamanca. Así que volverás a ese sitio que tanto has amado. Y a medida que crezcas lo amarás aún más. Lo visitarás 3 veces y cada despedida será más dura que la anterior. Porque Salamanca, como lo sabes, es tu casa. 
La vida como la tienes ahora cambiará muchísimo. Pero nunca olvides que tienes los mejores papás del mundo, independientemente de lo que pase con ellos. Ojalá pudiera yo volver a lo que tu estas viviendo en el 2002,  a la vida en familia y los miles de viajes en carro cantando La Oreja de Van Gogh. Pero no puedo, así que te digo que aunque la forma cambie, el fondo no. Y tu mamá seguirá siendo tu mejor amiga, serás siempre y cada día más la princesa de tu papá y tu hermano será eternamente la persona que más te quiere y te protege en el mundo.
En cuanto a las tristezas, se que es difícil de imaginar porque eres tremendamente distinta. Y es un camino difícil de aceptar. Pero luego de 5 años de batallar, de negar y de finalmente, aceptar, te digo que eres Inmensamente fuerte y es gracias a esa base que tu sentaste, que yo sigo luchando y que soy abierta con el tema. Tu me inspiras. Tus sueños, tu amor por la vida, tu inocencia, tu alegría. Eso me inspira a seguir acá y a ser mejor. Por ti
Por último, gracias por desde tu corta edad tener una espiritualidad tan fuerte. Gracias por fijarte en Teresa de Ávila. Hoy en día tiene un valor invaluable en mi vida, y llevo el "Nada te turbe, nada te espante" en la piel (Si, te harás un tatuaje. Es mas, tienes dos. Si, a tus papás no les gustará. Si, a tu hermano menos. Si, seguramente te harás más. No, no duele tanto como crees). Es por ti, por tu fe desde niña que hoy la espiritualidad es un motor fuerte y que encomiendo cada movimiento a Dios a través de Teresa. Esto no quiere decir que vayas a ser monja, te intentarán convencer y cada vez que vayas  un convento por poco y te dejan allí. Per tengo clarísimo, como tu a tu edad, que nacimos para tener hijos y una familia. Además con lo enamoradiza que eres no durarías un mes (yo intento serlo menos... Pero sigo siendo una romántica de cuento). 
Chiquitina. Guerrera. Loca. Bailarina. Activa. Te prometo que intentaré ser más como tu, con tu energía, tu fe en la vida y tu amor en la gente. Prometo cumplirte los sueños que aún sean posibles. Uso colorete y me visto de faldas y vestidos, me siguen encantando los anillos y me estoy dejando crecer el pelo, se que eso te pondría orgullosa y ahí medio me parezco a quien tu sueñas ser de grande. Prometo intentar recordar las sevillanas y el pasodoble, y ser como tu: libre, curiosa, alegre y llena de amor. Prometo nunca olvidar quien eras, como eras, lo que te gustaba y lo que no. 
Tranquila con tu cabeza, se que desde ya te llena de ansiedad y miedos, pero el 99,9% de las cosas que te dice ella nunca se cumplirán. Y con la depresión y la salud física, aprenderemos a vivir con amor, paciencia y aceptación. Prometo quererte y cuidarte siempre. Eres lo más bonito que tengo. 



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