sábado, 23 de septiembre de 2017

"Que el fin del mundo nos llegue estando confesados" Sea buena persona.

Entonces, esta nota no tiene mucho que ver con el tema de salud mental que yo suelo abordar, pero si uno lo ve desde un nivel mucho más amplio, la creación de una mejor sociedad y el ser buenos los unos con los otros puede ayudar tremendamente para la mejoría y prevención de condiciones de salud mental.
Estos días he oído mucho la siguiente expresión "Se va a acabar el mundo", lo que está seguido por "que nos llegue estando confesados". Para la gente que vive en un contexto como el mío, católico y practicante, no le parecerá inusual. El caso es que el mundo, en todas las redes sociales, en todas las interacciones, está en shock y con toda la razón por todo lo que está pasando a nivel de catástrofes naturales, peleas políticas, amenazas nucleares, detrimento de valores y han llegado a la conclusión: El mundo se va a acabar.

Yo no tengo ni idea si sí, si no, y la verdad no le echo cabeza al tema. Pero si me ha llamado mucho la atención que la gente dice, ante lo "inevitable" de su partida de este mundo, que pudo haber sido mejor, que pudo ayudar más, que pudo querer más a sus familiares, que pudo haber hecho de este mundo uno mejor, que pudo, que pudo, que pudo. Incluso, como católica, el tema de que el fin del mundo nos llegue estando confesados no es más que ese susto de que cuando esto se acabe, lo hayamos hecho de tal manera que quedemos en un castigo eterno pasándola en el infierno.
Y mi pregunta ahí es ¿por qué hay que esperar a que el mundo se acabe, o a que nuestra muerte esté ahí pisando nuestros pies, para empezar a ser buena gente? Porque el susto de la mayoría es que no fueron buenos, consigo mismo y con los demás, que fueron egoístas y egocéntricos, que no ayudaron cuando pudieron, etc. Y claro, lo entiendo. Ser buena persona es difícil, ser buena persona es implicarse emocionalmente con el otro, es estar dispuesto a estar incómodo por las comodidades de las demás personas que tal vez lo necesiten más. Es ser honesto, transparente y responsable. Es saber que yo tengo una responsabilidad ética en el trato con el otro, solo porque somos humanos, no más eso debería valer para no comernos vivos. Es ser respetuoso, con el dolor ajeno, simplemente porque se sabe que uno no está exento de estar en esa posición algún día y si no, pues que al menos nadie se debería alegrar del dolor del otro.

Y pareciera que lo más humano, lo más básico, lo más esencial, es lo más difícil. Y no debería ser tan difícil ser bueno con el otro, darle a la persona de mi lado algo de solidaridad y apoyo, de cariño y compasión, de entendimiento y respeto. No debería ser tan extraordinario, no debería ser tan difícil.

Porque al final, cuando uno toca fondo, cuando uno pierde todo sentido, cuando todo lo que pareciera estable se va, lo único con lo que queda es con la gente. Con las personas que lo rodean. Con los que va conociendo en el camino. Y llámenlo karma, justicia divina, equidad, "recoger lo que se cosecha", o como sea, pero si Ud no fue bueno con otros... No espere que los demás lo sean con Ud. No espere que lo ayude, no espere que esté presente, no espere nada si usted no ha dado nada.

Claro está, deberíamos ser buenos no por eso que acabo de decir, sino por simple humanidad. Pero digamos que se dificulta. Entonces hágalo porque realmente la gente, le salva la vida. El amar es lo único que si uno da, se multiplica, y de eso estoy absolutamente segura. Porque además, si me permito dar mi opinión, amar al otro da sentido. Ayudar al otro da sentido. El otro da sentido. Tal vez era el tipo que se fue a estar solo, el que decidió dejar su familia, sus posesiones, sus amigos y todo eso para irse a vivir con la naturaleza, el de "Into the wild", que la felicidad solo es real cuando es compartida.

Y si esto no es suficiente, si Ud es una de esas personas que dice que nació en este mundo para estar solo y solamente importa su felicidad y su interés, bueno. Pero si es tan solitario, tan individualista, pues siga con esa dinámica y al menos no sea malo con el otro. No sea bueno si no quiere serlo, nadie lo obliga y menos el blog de una persona de 23 años que sabe poco de la vida. Pero no sea malo. No por el hecho de que haya nacido y viva solo por y para su felicidad, significa que tenga que pasar por encima del otro. Respételo y déjelo ser. Y siga Ud por su camino y me cuenta qué tal es el tema de solo tenerse a uno mismo cuando toca fondo.
Entonces nada. Sea bueno. Y si no puede ser bueno, no sea malo.
Que no se necesite que el mundo se acabe o el susto del Apocalipsis y la condenación eterna para tener un trato meramente humano y básico con el otro.
Sea bueno con ese que está a su lado o ese del otro lado del mundo que ve sufriendo en las noticias, porque la humanidad es lo mejor que tenemos. Lo peor que tenemos son los humanos. Pero lo mejor, es la humanidad de esos humanos, así que no pierda el privilegio de sentirlo en su propia piel o de permitirle a otros sentirlo al interactuar con Ud.

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